Analgésicos y presión arterial alta
Se ha demostrado que muchos analgésicos comunes de venta libre (OTC) aumentan la presión arterial. Este efecto puede ocurrir tanto en personas con presión arterial normal como en aquellas con presión arterial alta ya diagnosticada (hipertensión). Muchos medicamentos comunes, no solo los analgésicos, pueden afectar la presión arterial debido a la forma en que afectan los sistemas de señalización dentro del cuerpo. No se suele apreciar que los analgésicos puedan tener efectos secundarios que involucren cambios en la presión arterial.
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE)
Los AINE como la aspirina, el ibuprofeno, el naproxeno y otros tienen la capacidad de aumentar la presión arterial. El aumento promedio es pequeño, pero la cantidad real de aumento puede variar ampliamente de un individuo a otro. Este efecto se produce en dosis que se utilizan normalmente para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Además, estos medicamentos pueden reducir el efecto de muchos tipos de medicamentos utilizados para tratar la presión arterial elevada. El efecto sobre la presión arterial parece deberse a una reducción en la excreción de sodio y una mayor retención de agua. Los estudios de AINE mostraron que solo la aspirina en dosis bajas (81 mg al día) no tenía efectos medibles sobre la presión arterial.
Acetaminofén
Acetaminofén, el El ingrediente activo de Tylenol y otros medicamentos, se ha demostrado en algunos estudios que causa un leve aumento de la presión arterial, pero no se ha asociado con un derrame cerebral o un ataque cardíaco. Aún así, este medicamento tiene sus propios efectos secundarios y presenta un riesgo de daño hepático cuando se toma en dosis demasiado grandes. El uso prolongado en dosis altas también puede causar insuficiencia renal.