Galgo italiano
El galgo italiano es muy similar al galgo, pero mucho más pequeño. Una vez uno de los perros más populares durante la era Victoria, el galgo italiano es más delgado en proporción y muy elegante y gracioso.
Características físicas
El galgo italiano excepcionalmente gracioso y elegante es una versión esbelta y en miniatura de un galgo típico. Comparte las cualidades del galgo grande, que le permiten correr muy rápido con un galope de doble suspensión. Tiene un contorno redondeado, con buena angulación trasera, y está ligeramente arqueado sobre el anca. El perro se mueve con paso rápido y libre. El pelaje corto y brillante, que se puede encontrar en una variedad de colores, se siente como el satén.
Personalidad y temperamento
Al galgo italiano le gusta perseguir y correr. Es un perro muy tranquilo y sensible, reservado y a veces tímido con personas desconocidas. A menudo, se lo compara con una versión más pequeña del lebrel, ya que comparte muchas de sus características.
El galgo italiano es bueno con los niños, las mascotas y otros perros y está extremadamente dedicado a su familia. Sin embargo, los perros más grandes y los niños muy duros pueden lastimarlo fácilmente.
Cuidado
Aunque el galgo italiano odia el frío y no es adecuado para la vida al aire libre, le gustan los juegos diarios al aire libre. Sus necesidades de ejercicio se satisfacen perfectamente con una agradable caminata con correa o un juego de interior lleno de diversión. Le gusta correr y estirarse en un área cerrada. Es muy importante cepillarle los dientes a este perro con regularidad. Se requiere un cuidado mínimo del pelaje para el pelaje fino y corto, que comprende principalmente un cepillado ocasional para eliminar el cabello muerto.
Salud
El galgo italiano, que tiene una vida útil promedio de 12 hasta los 15 años, es propenso a problemas de salud leves como luxación rotuliana, fracturas de patas y cola, epilepsia y atrofia progresiva de retina (ARP), o graves como enfermedad periodontal. Esta raza es sensible a la anestesia con barbitúricos y susceptible a la derivación portocava, Legg-Perthes, alopecia por dilución de color, cataratas e hipotiroidismo en ocasiones. Se recomiendan pruebas periódicas de la rodilla y la vista para esta raza de perro.
Historia y antecedentes
Aunque el galgo italiano existe desde hace varios siglos, los documentos de sus orígenes se han perdido, por lo que sin ofrecer ningún conocimiento de su origen o desarrollo. Sin embargo, hay arte antiguo de Grecia, Turquía y otros países mediterráneos que representan perros que se asemejan al galgo italiano, que tienen más de dos siglos.
Durante la Edad Media, se vieron galgos en miniatura en todo el sur Europa, pero los cortesanos italianos los querían especialmente. Fue en el siglo XVII cuando apareció el primero de esta raza en Inglaterra y se hizo muy popular entre los miembros de la nobleza al igual que en Italia. El galgo italiano fue una de las dos únicas razas de juguete nombradas en un libro de perros en 1820.
En términos de popularidad, el galgo italiano estuvo más de moda durante el gobierno de la reina Victoria. Sin embargo, el número de este perro se redujo en gran medida y la raza casi había desaparecido en Inglaterra en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial. Esto quizás se debió a la pérdida de calidad de la raza en un intento de criar perros de un tamaño pequeño, sin centrarse en su salud. Afortunadamente, los galgos italianos de alta calidad se introdujeron en los Estados Unidos a fines del siglo XIX. Estos y otros perros importados fueron fundamentales para revivir la raza en toda Europa, lo que explica su aumento gradual en popularidad.