Piedras bezoares, magia, ciencia y arte
Resumen
Los bezoares fueron introducidos en la medicina occidental por médicos árabes durante el siglo XII. Se utilizaron como antídotos contra el arsénico, el veneno más utilizado en los tribunales europeos. El uso de bezoares fue generalizado durante el siglo XVI y su valor era diez veces mayor que su peso en oro. Estos eran artículos raros y costosos y muchos reyes poseían uno o más especímenes, algunos de los cuales estaban montados como piezas de joyería. Los médicos de los siglos XVI y XVII escribieron extensamente sobre ellos, describiendo sus propiedades y uso. En ese momento se introdujeron los «bezoares orientales» (principalmente de puercoespines asiáticos).
La dificultad para obtener bezoares llevó a la producción de numerosas falsificaciones peligrosas que contienen sustancias altamente tóxicas, como cinabrio, azogue y antimonio. Posiblemente por estos motivos, su uso declinó a finales del siglo XVII y a partir de 1800, dejaron de utilizarse. En términos estrictamente mineralógicos, los bezoares no son realmente piedras. Sin embargo, el mineralogista y médico flamenco Anselm Boetius de Boodt (1550-1632) los incluyó en su obra Gemmarum et Lapidum Historia (Historia de gemas y piedras, 1609) y su estudio es un capítulo importante en la historia de la toxicología.