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El reciente informe de caso de enseñanza del CMAJ de Aneez Mohamed y sus colegas detalla elegantemente una importante complicación del tratamiento con nitrofurantoína, 1 que podría haber ocurrido incluso si la paciente no hubiera estado embarazada. Sin embargo, la complicación debería haberse evitado en este caso, dado que el uso de nitrofurantoína está contraindicado en pacientes embarazadas en las que el parto es potencialmente inminente.
La nitrofurantoína se usa comúnmente para tratar infecciones del tracto urinario durante el embarazo.2 Modelo animal Los estudios no han demostrado un problema obvio con la exposición fetal a este antibiótico.3 Los autores de un metanálisis de estudios en humanos no encontraron evidencia de efectos dañinos en el embarazo, pero fueron cautelosos al sacar conclusiones debido a la pequeña cantidad de datos disponibles.4
El uso de nitrofurantoína durante el embarazo sigue siendo motivo de preocupación por varias razones. Este antibiótico puede afectar la actividad de la glutatión reductasa y, por lo tanto, puede causar anemia hemolítica (análoga a los problemas que causa en pacientes con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa). Los recién nacidos y los fetos son aparentemente susceptibles a este efecto sobre la actividad de la glutatión reductasa y se han documentado crisis hemolíticas en estos pacientes5,6. Otra evidencia relaciona la craneosinostosis con la exposición fetal a nitrofurantoína y fármacos con estructuras químicas similares7,8
La Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. sigue enumerando la nitrofurantoína como un medicamento de Categoría B (probablemente seguro). El Canadian Compendium of Pharmaceuticals and Specialties (2007) continúa afirmando que el uso de nitrofurantoína está contraindicado en el embarazo cuando las pacientes están cerca del parto; 9 hasta que se disponga de más datos, sería prudente seguir esta guía.