Seneca (Español)
Vida temprana y familia
Séneca era el segundo hijo de una familia adinerada. Su padre, Séneca (Séneca el Viejo), había sido famoso en Roma como maestro de retórica. Su madre, Helvia, era de excelente carácter y educación. Su hermano mayor fue Galión, que conoció al apóstol San Pablo en Acaya en el 52 d. C., y su hermano menor fue el padre del poeta Lucano. Una tía llevó al joven Séneca de niño a Roma, donde se formó como orador y se educó en filosofía en la escuela de los Sextii, que mezclaba el estoicismo con un neopitagorismo ascético. La salud de Séneca se resintió y fue a recuperarse a Egipto, donde su tía vivía con su esposo, el prefecto Cayo Galerio. Al regresar a Roma hacia el año 31, comenzó una carrera en política y derecho. Pronto cayó en desgracia con el emperador Calígula, a quien disuadió de matarlo solo con el argumento de que su vida seguramente sería corta.
En 41, el emperador Claudio desterró a Séneca a Córcega acusado de adulterio con la princesa Julia Livilla, sobrina del emperador. En ese ambiente poco agradable estudió ciencias naturales y filosofía y escribió los tres tratados titulados Consolationes (Consolaciones). La influencia de Julia Agrippina, la esposa del emperador, hizo que lo llamaran a Roma en el 49. Se convirtió en pretor en el 50, se casó con Pompeia Paulina, una mujer rica, formó un poderoso grupo de amigos, incluido el nuevo prefecto de la guardia, Sexto Afranio. Burrus, y se convirtió en tutor del futuro emperador Nerón.
El asesinato de Claudio en 54 llevó a Séneca y Burrus a la cima. Sus amigos tenían los grandes mandos del ejército en las fronteras alemana y parta. El primer discurso público de Nerón, redactado por Séneca, prometía libertad para el Senado y el fin de la influencia de los hombres y mujeres libres. Agrippina, la madre de Nerón, estaba resuelta a que su influencia continuara y había otros enemigos poderosos. Pero Séneca y Burro, aunque provinciales de España y Galia, entendieron los problemas del mundo romano. Introdujeron reformas fiscales y judiciales y fomentaron una actitud más humana hacia los esclavos. Su nominado Corbulo derrotó a los partos; en Gran Bretaña, una administración más ilustrada siguió a la sofocación de la rebelión de la reina Boudicca.
Pero, como dijo el historiador Tácito, «nada en los asuntos humanos es más inestable y precario que el poder sin el apoyo de su propia fuerza». Séneca y Burrus eran los favoritos de un tirano. En el 59 tuvieron que tolerar, o idear, el asesinato de Agrippina. Cuando Burrus murió en el 62, Séneca sabía que no podía continuar. Se retiró de la vida pública, y en los años que le quedaban escribió algunas de sus mejores obras filosóficas. En el año 65, los enemigos de Séneca lo denunciaron como parte de la conspiración de Pisón para asesinar a Nerón. Con la orden de suicidarse, se encontró con la muerte con entereza y compostura.