Trasplante de Hígado
El Hígado y Los Trasplantes
El Hígado Normal
El hígado es el órgano más grande en el cuerpo y juega un papel importante en la regulación de muchos procesos de la vida. El hígado pesa aproximadamente 3-4 libras y es más o menos del tamaño de una pelota de fútbol americano. Está hecho de una masa parecida a una esponja y de secciones con forma de cuñas, llamadas lóbulos. El hígado está ubicado en el lado superior derecho del abdomen, debajo del diafragma y por encima del estómago. El hígado es un órgano muy complejo que desempeña muchas funciones, incluyendo:
- Almacenamiento de energía en forma de azúcar
- Almacenamiento de vitaminas, hierro y otros minerales
- Fabricación de proteínas, incluyendo factores de coagulación de la sangre, para mantener al cuerpo sano y en crecimiento
- Fabricación de bilis, la cual es necesaria para digerir los alimentos
- Ayuda en la digestión al ayudar a absorber grasa y ciertas vitaminas, incluyendo vitaminas A, D, E y K
- Procesamiento de células sanguíneas viejas
- Ayuda a «limpiar» la sangre al romper y remover muchos medicamentos y toxinas, incluyendo el alcohol
- Regeneración de su propio tejido dañado
- Ayudar al cuerpo a resistirse a la infección al producir factores inmunes y remover bacterias del flujo sanguíneo
- Mantener el balance hormonal
Un hígado sano puede regenerarse (volver a crecer), a diferencia de cualquier otro órgano del cuerpo. Sin embargo, hay algunas enfermedades que pueden causar daño severo e irreversible al hígado.
Insuficiencia Hepática y Trasplantes
La insuficiencia hepática ocurre cuando el hígado no puede llevar a cabo sus funciones normales. Un hígado enfermo puede resultar de la insuficiencia aguda (severa e inmediata), como resultado de una infección o reacción a medicamentos. La insuficiencia hepática también puede resultar de la insuficiencia crónica (persistente), debido a una infección viral continua, alcoholismo, lesiones debido a incremento de la bilirrubina, enfermedades autoinmunes o como resultado de cáncer primario del hígado.
Normalmente, el hígado tiene una gran capacidad de sanarse y puede superar la mayoría de lesiones que sufre a corto plazo. Ocasionalmente, el hígado está tan dañado que causa que se formen cicatrices en el hígado sin que haya suficientes células saludables para que éste se regenere. Cuando todo el tejido hepático normal es reemplazado con cicatrices, se dice que el hígado está cirrótico y un trasplante de hígado puede ser la única opción de tratamiento disponible. Los pacientes con hígados cirróticos normalmente están bajo el cuidado de un hepatólogo – un médico que se especializa en enfermedad hepática. En casos en los que es necesario realizar un trasplante de hígado, la única otra opción es el cuidado paliativo, el cual se enfoca en aliviar los síntomas, la ansiedad y el estrés, en lugar de enfocarse en el tratamiento activo.