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Si siente dolor en la cadera debido a una lesión o artritis, comprende el efecto que tiene en su vida diaria. Cuando la artritis o las lesiones son graves, muchas veces la única opción es someterse a un reemplazo de la articulación de la cadera.
La cadera es una articulación esférica y es una de las articulaciones más grandes del cuerpo. Está formado por el acetábulo, que es la parte del hueso de la pelvis que forma la cavidad y la cabeza femoral, que es el extremo superior del fémur que forma la bola.
Las superficies de la bola y la cavidad son recubierto con cartílago articular que proporciona amortiguación para la articulación mientras se mueve. La membrana sinovial, el tejido que rodea la cadera, crea un fluido que lubrica el cartílago para reducir la fricción durante el movimiento. En una cadera dañada, el cartílago articular se desgasta de modo que los extremos de los huesos se frotan entre sí sin ningún tipo de amortiguación. Esto causa mucho dolor al paciente.
Es importante que se comunique con su médico para averiguar si es candidato para una cirugía de reemplazo de cadera. Si experimenta los siguientes síntomas, probablemente le recomendarán una cirugía:
- Dolor que le impide caminar o doblar la articulación
- Dolor en reposo, durante de día o de noche
- Rigidez en la cadera que le impide levantar la pierna
- No hay alivio con los métodos de tratamiento no quirúrgicos
Hay muchas enfermedades y afecciones que pueden causar una lesión de cadera lo suficientemente grave como para justificar un reemplazo de cadera. Si ha experimentado alguna de las siguientes afecciones, puede ser candidato para la cirugía de reemplazo de cadera:
- La artritis puede hacer que el líquido sinovial se inflame y provoque el desgaste del cartílago. Sin el cartílago, los extremos de los huesos se frotan entre sí sin amortiguar y comienzan a desgastarse. La cirugía es necesaria en casos avanzados de artritis donde los huesos están severamente desgastados.
- La necrosis avascular ocurre cuando el suministro de sangre a la cabeza femoral es limitado debido a una lesión en la cadera como una dislocación o fractura.
Cuando experimente rigidez y dolor en la cadera, visite a un médico ortopédico para que evalúe su cadera y determine si necesita o no una cirugía. Su médico evaluará su salud general y su historial médico, luego se realizará una evaluación física para evaluar la movilidad, la fuerza y la alineación de su cadera. Finalmente, se someterá a algunas pruebas, como radiografías o una resonancia magnética, para que sus médicos puedan ver el daño o la deformidad de su cadera.
La cirugía
En En una cirugía de reemplazo de cadera, el hueso y el cartílago dañados se extraen y se reemplazan con piezas de plástico, metal o cerámica. La cabeza femoral dañada se reemplaza por un vástago de metal que encaja en el centro hueco del fémur. Luego, se inserta una bola de metal o cerámica en la parte superior del vástago para reemplazar la cabeza femoral dañada que se extrajo. El cartílago dañado de la cavidad se reemplaza con una cavidad de metal y se puede mantener en su lugar con tornillos o cemento. También se inserta un espaciador entre la bola y la cavidad para proporcionar una superficie lisa que permita un movimiento articular cómodo.
Si tiene dolor severo de cadera y rigidez que persiste incluso cuando está en reposo, es posible que necesite someterse a un reemplazo de articulación de cadera. Esta cirugía aliviará su dolor y lo ayudará a regresar a las actividades que más disfruta. Para obtener más información sobre cómo encontrar un cirujano de buena reputación, descargue nuestro libro electrónico educativo, Cómo elegir un cirujano ortopédico.