Urano, Herschel y la controversia sobre los nombres planetarios
En este día de 1781 , William Herschel descubrió el primer planeta. Con su descubrimiento, Herschel planteó un nuevo desafío para la astronomía: cómo nombrar los nuevos objetos en el cielo.
A lo largo de la historia, los astrónomos de todo el mundo miraron al cielo y nombraron las cosas que vieron. Los nombres que usamos hoy son el resultado de la historia cultural más que cualquier otra cosa. Por ejemplo, Marte es el nombre del planeta rojo en latín, que era el idioma dominante de la ciencia europea. La estrella Betelgeuse deriva su nombre del árabe, debido a los extensos catálogos de estrellas realizados por astrónomos árabes.
Con el planeta de Herschel, no había una historia tradicional, por lo que hubo mucho debate sobre su nombre. El propio Herschel sugirió Georgium Sidus o George’s Star, en honor a su Rey George III. En un año, Herschel fue nombrado el Astrónomo de King, para que puedas entender su razonamiento.
Pero Planeta George no despegó como nombre. Otras naciones europeas, particularmente las francesas, no estaban encantadas con tener un planeta con el nombre de un rey inglés. Urano, el nombre que finalmente se mantuvo, fue sugerido por primera vez por Johann Bode. Argumentó que los planetas deberían seguir la tradición de los dioses romanos, y en la mitología romana, Urano es el padre de Saturno y abuelo de Júpiter. Mientras que el resto del mundo llamó al nuevo planeta Urano, Georgium Sidus siguió siendo el nombre oficial en Inglaterra hasta la década de 1850.
Si bien Urano fue la primera gran controversia sobre nombres en astronomía, no fue la última. A medida que se descubrieron nuevos cuerpos planetarios, generalmente se les dieron nombres griegos o latinos. Pero esto es un enfoque culturalmente estrecho dada la diversidad global de la astronomía moderna. Por lo tanto, a nombres como el latín Ceres y el griego Eris ahora se unen los inuit Sedna, Hawaiian Haumea y Quaoar de Tongva.
Ninguno de estos nombres es sin controversia. Los nombres que creamos surgen de nuestras tradiciones culturales y prejuicios culturales, y estos son difíciles de superar. La alternativa es seguir con alguna designación de catálogo oficial, pero estos no tienen el mismo atractivo para nosotros. Después de todo, a nadie le importa el planeta menor 134340, pero todos aman a Plutón.